Despotricando sobre todo

Este blog está hecho para poner aquí las reflexiones que hago sobre todo lo que me molesta en el día a día lo suficiente como para dedicarle mi tiempo a criticarlo.

jueves, 2 de agosto de 2012

La increíble vida de un ser vulgar

Una de estas viejas tardes de otoño en las que todavía no hace demasiado frío, él paseaba por su ciudad sin ningún rumbo hasta que se encontró a un antiguo compañero de trabajo, y mientras se ponían al día, él, rascó su nariz.
 - ¿Te estás burlando de mí? - dijo su compañero.
 - ¡En realidad te está mintiendo, por eso toca su nariz! - dijo un psicólogo que por allí pasaba.
 - No os dais cuenta, es que el tiempo está cambiando - dijo un meteorólogo.
 - Lo que hace es demostrar su inconformismo - dijo un activista.
 - No, no. Yo le conozco desde hace tiempo y lo que quiere es ascender en su trabajo, pero ya cobra un magnífico salario, yo no lo entiendo - dijo el patrón.
 - ¡Este hombre ha esnifado cocaína y por eso toca su nariz! -dijo un policía.
 - Es Cristo quien se manifiesta a través de él - dijo el párroco.
 - Nunca fue buen alumno, siempre estaba distraído ¡como ahora! - dijo un antiguo profesor.
 - En realidad se debe a una alergia cutánea producida por el... - dijo un científico.
 - Lo que él quiere es dejar atrás el mundo sensible y pasar al mundo de las ideas - dijo un filósofo.
 - ¿Nadie lo ve? Lo que quiere es reproducir música, pero no es capaz - dijo un músico.
 - ¿Alguien le ha agredido? Yo puedo defenderle - dijo un abogado.
 - Mucho me temo que tendrá que pasarse el lunes por mi consulta - dijo un médico.
 - ¡En realidad es un espía encubierto y eso era una clave! - dijo un paranoico.
 - Yo no digo nada que luego todo se sabe, pero ya le he visto hacerlo más veces - dijo la discreta anciana que traficaba con la intimidad de sus vecinos.
 - ¡Yo tengo la solución, hermano! ¡Únete a nuestra secta! - le dijo otro hombre al que sólo la anciana conocía.
 - ¡Yo también estoy harto de los negros como tú! ¡Bien hecho! - dijo un nazi.
 - Yo sé lo que necesita, un crédito personalizado, firme aquí y no lea - dijo el judío banquero.
 - Lo que este hombre quiere es la liberación animal - dijo otro activista.
 - Te veo con sed ¿quieres una caña? - le dijo el tabernero.
 - ¡Cómo te has atrevido a engañarme con otra, cabrón! ¡Lo he visto en tu gesto! - dijo su mujer.

Todos empezaron a discutir, por lo que él se alejó de aquel grupo que le rodeaba, y antes de irse dijo:
 -Tan sólo me picaba la nariz - pero nadie lo oyó, y él decidió seguir con su paseo.